En el sector de Ortopedia del Centro Hospitalario Pereira Rossell funciona un equipo compuesto por fisiatras de ASSE y personal de la asociación civil sin fines de lucro ‘Intervenciones Asistidas por Perros del Uruguay' (IAPUy).
La neblina aún no se había disipado cuando Juana y Alf ya estaban trabajando en el Pereira Rossell. Entrando por Bulevar Artigas, el lugar es al fondo, bien al fondo, donde unas letras blancas sobre un cartel verde indican "ORTOPEDIA". Se pasa por un medio pasillo, luego por otro y tras una de las puertas están ellos, siempre laboriosos, amables y amistosos. Juana es una perra sin raza definida y Alf es, a ojos vistas, un golden retriever. Ambos canes trabajan con niños y niñas que necesitan asistencia para mejorar la motricidad. Por supuesto que el equipo se completa con fisiatras y técnicos en perros de terapia.
Cuatro años ininterrumpidos
Ya hace cuatro años que IAPUy está con su plantel de perros colaborando con los fisiatras del Pereira Rossell, y hace once años que Magdalena Cibils es médica fisiatra del equipo de rehabilitación. Cibils: "Nosotros ya veníamos, desde antes del 2020, viendo que las intervenciones asistidas con perros se hacían en el mundo, entonces dijimos, ‘qué lindo sería, ya que trabajamos con niños en rehabilitación, poder incorporar esta terapia en nuestra institución'". En ese año en el que les llegó lo propuesta por parte de la doctora Andrea Pino, fue imposible implementarla debido a la pandemia, pero sí se puso en marcha dos años más tarde.
Lo principal es que para que se utilice esta técnica de terapia asistida es indispensable que al niño/a le guste el contacto con el animal.
Cibils explica que el equipo ya había estudiado los beneficios de esa terapia, que es la interacción saludable y segura con el perro, trabajando con objetivos concretos y específicos: "El perro es un gran motivador y un gran facilitador", indicó.
"No olvidemos que son niños que tienen patologías, que esto es un ámbito hospitalario y, a veces, hay un clima tenso porque lloran durante las terapias", dice Cibils, agregando: Cuando ellos trabajan e interactúan con perros, que es el facilitador y el gran motivador, dejan de llorar. Es bien sabido el beneficio de que el trabajo con un animal disminuye la ansiedad y el miedo e induce calma, motiva para hacer actividad física y ganas de participar y, además, mejora la relación incluso entre el niño, el familiar del niño y el equipo de salud", sostiene.
Cibils explica que usan una evaluación previa a la intervención y después que esta se produce. Se trata de una escala de satisfacción que se hace a través de caritas tristes y felices, las que se muestran al niño y a su cuidador, para que ellos seleccionen: "Siempre marcan caritas felices post intervención", asegura la médica fisiatra.
También informa que se toman datos de las actividades, incluyendo la técnica utilizada y los efectos logrados, además se le pide al cuidador/a una evaluación sobre la adaptación entre el niño/a con el perro, obteniendo un porcentaje altamente positivo: "Lo más importante es la adherencia al tratamiento y el menor ausentismo a la terapia", bastante frecuente cuando no existía esta forma de trabajo asistido por animales.
Cibils dijo que, si bien son variadas las patologías de la niñez que se asiste en ese servicio, se puede decir que principalmente se trata de personas con parálisis cerebral, enfermedades neuromusculares, patologías adquiridas, patologías osteoarticulares, enfermedades genéticas y retrasos globales en el desarrollo.
Andrea Pino: responsable del arte en el hospital
Andrea Pino es la médica encargada del Programa Arte. Según los técnicos presentes en este consultorio un tanto atípico donde dos de los colegas son perros, Pino es la ideóloga para que esto suceda. El objetivo del programa que tiene a cargo dice que es "promover y gestionar intervenciones en salud, incorporando recursos artísticos y terapéuticos con la finalidad de mejorar la evolución del paciente y, sobre todo, su calidad de vida".
El programa incluye diferentes plataformas, dependiendo de qué tipo de resultados se estén buscando. En algunos casos se utilizan las artes escénicas, en otros las plásticas o distintos tipos de psicoterapia. Por supuesto que también abarca las terapias asistidas por perros. Todas las variantes están disponibles para cualesquiera de los niños, niñas y adolescentes que se atienden en el Pereira Rossell: "La gestión de estas terapias empezó [en la época] prepandemia. Una vez que conocimos los resultados, se destinó sobre todo al sector de rehabilitación y ortopedia, sabiendo el interés que había en este equipo de trabajo", resaltó.
Laura De Nicola y un equipo distinto
La organización sin fines de lucro IAPUy trabaja con perros motivadores para distintos tipos de terapia. Laura De Nicola, técnica en perros de terapia, habla mientras acaricia a Alf, que se extiende cuan largo es, moviendo la cola para que no quepan dudas de su estado de bienestar: "Los entrenamos en lo básico de educación, pero nuestro curso incluye un examen internacional de Pet Partners, que evalúa el comportamiento del perro y su guía. Esa prueba debe renovarse periódicamente, sobre todo para tener la certeza del comportamiento del perro. Pero la preparación para llegar a esa instancia corre por nuestra cuenta", sostuvo.
De Nicola indicó que no es excluyente que el animal sea de raza, pero sí tiene que cumplir con las características de un perro de terapia: predecible, dócil, muy confiable y muy tolerante: "Puede pasar que trabajando se lleven unos mimos medio fuertes; depende de la motricidad del niño".
Uno de los puntos clave, sino el primero que tienen en cuenta a la hora de educar un perro, es que sea sociable: "El perro tiene que ir con la gente porque disfruta acercarse y buscar los mimos. Tiene que estar acostumbrado a que cualquier persona, que no sea de la familia, lo abrace, lo pueda peinar, tirarle de las orejas, meterle los dedos en los ojos... tienen que aguantar todo y eso es parte del entrenamiento", dice Laura mientras tira de los pelos de Alf para mostrarnos como el perro no se inmuta.
Antes de finalizar cuenta algo curioso: "Hay perros rescatados que cumplen con todos los requisitos y se comportan igual que uno entrenado desde cachorro. Tenemos rescatados que empezaron a trabajar de adultos", reafirma.
IAPUy trabajó durante muchos años en la escuela Roosevelt, que fue donde inició la tarea por el 2017. Ahora presta servicios para varias instituciones, no solo en pediatría también con adultos mayores. ¿Otra curiosidad? Trabajan con perros pequeños en odontopediatría.