El sábado 9 de agosto se llevó a cabo una jornada especial en el Hospital de Treinta y Tres. Médicos, licenciados y técnicos oftalmológicos del Hospital Especializado de Ojos José Martí, hicieron frente a la demanda en espera.
En algún punto de todo este periplo estuvo el requerimiento y, en otro, la recepción, aceptación y puesta en marcha. Lo cierto es que Treinta y Tres tenía una demanda en espera para oftalmología que, a las nuevas autoridades dirigidas por Inés López, les molestaba sobremanera. De alguna forma esa lista no podía seguir aumentando, había que buscar el modo de atender a tanto paciente-paciente, y se encontró.
En Montevideo, el Hospital Especializado de Ojos estaba dispuesto a colaborar, a enviar sus profesionales, a poner el equipamiento necesario. Sanidad Militar, cuyos usuarios del interior se atienden en ASSE, se encargaría de la logística. Y todo se puso en marcha.
El sábado amaneció soleado en Treinta y Tres. El hospital destinó consultorios a la operativa y los pacientes, que iban con hora previa y estaban sentados esperando su turno. Una señora salió por una de las puertas llorando de alegría. Literalmente llorando; hacía años que esperaba y, por fin, tenía su diagnóstico. Otro señor se limitó a recitar, porque es un poeta de 90 años y los versos, al igual que la receta para los lentes adecuados, le pertenecen [ver recuadro al final de la nota].
Entre doctores y doctoras, licenciados y licenciadas, técnicos y técnicas, fueron diecinueve profesionales en el área oftalmológica, que atendieron a una población de unas 450 personas.
Las consultas comenzaron a las 9 horas, con ocho consultorios funcionando, de acuerdo a lo que informó la oftalmóloga Estefanía Farall, encargada de coordinar el equipo que viajó desde Montevideo: "Lo que más se ve son personas con falta de lentes, lo que es habitual. También repetimos medicación y hacemos algunas derivaciones, incluido a Montevideo, de quienes están esperando desde hace mucho tiempo por alguna subespecialidad". Entre las bondades de esta pesquisa, Farall recordó que se hace fondo de ojo, "y podemos ver si la persona tiene glaucoma, que es una enfermedad silenciosa".
Aparte de los trabajadores que estarían en contacto directo con pacientes, por los pasillos del hospital, a disposición de lo que se pudiera necesitar, se encontraban la directora Inés López; el director de la región Este, Marco Suárez, y el director del Hospital de Ojos, Alejandro Fischel.
Inés López: "Teníamos una lista de espera de 1.371 personas para oftalmología"
Al asumir la dirección, Inés López se comprometió a bajar las demandas en espera. Para comenzar a cumplir lo que dijo en su día, revisó especialidad por especialidad. Fue así que vio que había una lista importante en traumatología, dermatología y salud mental eran las áreas críticas, y encontró que también lo era oftalmología, con 1371 personas en lista de espera. Había que empezar por algún lado, y buscó la colaboración para comenzar por la vista.
Poniendo en contexto, López cuenta que el hospital brinda cobertura departamental a más de treinta mil usuarios, de los cuales un 42% es Fonasa, dato para nada menor.
En relación con la pesquisa, la directora cuenta que "en esta primera instancia podemos llegar a 420 personas, de los cuales más de ochenta son niños y gente que está esperando desde 2023".
Consultada sobre cómo continúa la etapa, dice: "Lo importante de esto es que aquí hoy se logra el ingreso a la consulta oftalmológica, [y por ende] al sistema de nuestro servicio base complementario en lo que es la red nacional. Hoy nuestro usuario viene a la consulta oftalmológica en el hospital y se retira con toda su medicación, con las coordinaciones que sean, si es necesario, a otros centros u hospitales, o con las derivaciones que debamos hacer si requiere alguna cirugía, o lo que demande la consecuencia de la consulta", sostiene.
Alejandro Fischel: "La espera es grande en todo el país, pero aquí era muy alta"
Alejandro Fischel es el director del Hospital Especializado de Ojos. Cuando se resolvió que el trabajo por el interior comenzaría por Treinta y Tres, él no lo dudó y lo catalogó de "hito", lo que quiere decir que, para este director, el llevar a su equipo al interior es parte de un proceso de desarrollo, o como poner un mojón imaginario desde donde se marca el punto de partida: "Poder acercarnos a la gente y necesidades, como las consultas oftalmológicas que estaban tan sentidas en esta zona, nos llena de orgullo y nos da un sentimiento de seguir progresando en el afán de mejorar la calidad visual de la población", comienza diciendo, para continuar con el mismo entusiasmo: "Este tipo de instancias, al equipo y al hospital, nos moviliza, nos pone muy contentos. Llegamos y se están viendo resultados con toda la gente que está viniendo y se está interviniendo. Porque quiero dejar en claro que más que una pesquisa o una consulta, esto es una intervención oftalmológica".
Luego de enumerar el equipamiento que se trasladó desde Montevideo, y del trabajo que eso implica, dijo que es grande la demanda en oftalmología a nivel país, "pero aquí en Treinta y Tres era muy alta en proporción con los usuarios, así que acá estamos", culminó.
Marco Suárez: "Usuarios y usuarias son nuestra prioridad"
Marco Suárez, director de la región Este, informó que se eligió el Hospital de Treinta y Tres luego de un estudio de toda la zona que dirige: "Se identificó que la mayor falencia y la mayor demanda en espera para oftalmología estaba aquí, entonces, al tener la capacidad de generar esta instancia, se decidió empezar por este hospital".
Suárez dijo que la dirección de la región Este encontró la zona "muy desorganizada", tanto en el funcionamiento como en la gestión de los recursos, "pero gracias al trabajo de todos los equipos, se pudo rápidamente hacer los diagnósticos, priorizar, empezar a mejorar las características funcionales y asistenciales", sostuvo.
Para el director regional, la realidad de la zona comenzó a cambiar: "Ya estamos llevando adelante proyectos para enriquecer a ASSE estructuralmente y para dar mejor funcionamiento a los diagnósticos que se puedan hacer", afirmó.
Teniendo en cuenta que la región Este tiene una distribución variada, con realidades disímiles, tanto en lo social como en lo económico, se tiende a suponer que la tarea de encastre del entramado sanitario no debe ser fácil: "Es [una región] muy variable. Son muchos lugares, mucho territorio en el interior de los departamentos que tienen distintas realidades con distintas realidades asistenciales, de recursos y de complementaciones también y, en ese sentido, es que tratamos de verlo como una unidad y que la calidad asistencial sea pareja y que se pueda resolver todo dentro de la misma región y alcanzar en salud a todo el territorio. Eso es un trabajo bastante complejo, pero apoyándonos en las capacidades de cada lugar es que estamos pudiendo lograr ese objetivo. Es un trabajo arduo, pero recorriendo el territorio, en contacto con usuarios y usuarias que son nuestra prioridad, es que podemos venir resolviendo esos temas", concluyó.
Números finales
Finalizada la jornada, de una demanda en espera de 1.371 pacientes que data del año 2023, se atendieron 409, desglosándose en 139 son niños/as y 270 adultos.
Quedan 962 pacientes por atender.
José Campos, usuario y escritor (o viceversa) En uno de los ocho consultorios habilitados exclusivamente para la pesquisa visual, se encontraba, sentado frente al escritorio, un hombre de edad madura. Aceptó que periodista y fotógrafa estuvieran en ese espacio, de momento, suyo. Lo que de hecho era, por más consentimiento previo, una invasión a su privacidad, a él no pareció molestarle; se limitó a ignorarnos. La idea era presenciar una consulta, ver qué aparato, dentro de la gama que allí había, era utilizado y cómo. Pero -nobleza obliga- José Campos llamaba más la atención. Sus ojos, que ya deberían lucir cansados por el paso de los años, tenían una mirada más que juvenil, adolescente. Luego, cuando ya le habían dado la receta con el aumento que marcó la pesquisa y le habían despedido como correspondía, lo abordamos: "Acá, a este hospital, le debo mi vida. Entré dos veces muerto y me atendieron tan bien que ya ves, con 90 años y mirá cómo estoy. La atención de hoy, la agradecí, fue excelente; maravilloso. Haber encontrado la gente que encontré, desde los que me guiaron a qué puerta tenía que entrar, a los profesionales que me atendieron, todo maravilloso. ¿Qué más te puedo decir? Un agradecimiento para todos", comenzó diciendo. Consultado sobre la importancia que le daba a la vista, Campos dijo: "Lo primero que hago es ver la belleza de vuestras caras. Después la voy a usar para escribir. Me gusta escribir pensamientos, rimas, poesías, cuentos... Todo. Lo que pase por mi lado, es poesía". Se le preguntó si a través de su escritura, podíamos conocer el departamento, pero José fue más lejos: "Podemos conocer Isla Patrulla, por ejemplo, porque dice así: Después que Rubén Lena abrió el camino, muchos dijeron que la isla es bella. Todos se van de acá. Mi conducta es distinta. No la he escrito, pero vivo en ella". |